lunes, 21 de abril de 2014

Cloacas

Inspirado por la curiosidad de los gatos me vi recorriendo los techos mas allá de los de tu casa. Inspeccionar y entender los limites de tu barrio. Cuanto mas me alejaba toda la superficie cambiaba; Los techos y azoteas pasaban a ser pisos donde la gente vivía bajo tierra; Estructuras simples y carenciadas recubiertas de hormigon, aislantes y chapa, saliendo a la superficie algún que otro tubo chimenea. La única forma de entender donde terminaba y comenzaba una vivienda era por los materiales que se fundían en una masa desprolija. Y mas allá de las angostas calles de residuos el día es hermoso y claro. Puedo ver el mar a lo lejos y entiendo nuevamente que la historia se repita aquí también: Estamos siendo devorados por el mar. El agua vuelve a reclamar la tierra, y el tiempo ya esta contado. Voy bajando por los escalones naturales de un pantano de rocas. Se que de ahí vienen todos los mosquitos y otros repugnantes insectos; Ahí están flotando, en la superficie larvas y huevos. Escucho el sonido de anfibios en celo; También el sonido similar al que hacen los granos al reventar... Probablemente las espaldas de esos bichos estén dando a luz su descendencia. A medida que sigo la piedra se vuelve definida. Y escondida a las generaciones presentes estaba ahí, casi inmaculada, la cloaca que había hecho otra civilizacion que cerraba las puertas al mar. Parecía una combinacion entre Alejandría y el Imperio Egipcio en cada detalle: desde los colores, las columnas y escalones. Una obra de ingeniería humana para deshacerse de la misma mierda humana. Algo tan hermoso y sin cumplir propósito. Ya no sabia como salir de ahí, pero si supe que cuando las puertas se abrieran seria el fin. Y sentí alivio porque sonaba bastante bien.


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