miércoles, 28 de enero de 2015

El parto de la Reina Alien

Este es uno de esos sueños eternamente recurrentes. Podría ser un juego de plataformas; una amalgama entre Contra y Metroid. Eso si, con una gran pausa. Todo había sido oscuridad hasta el momento de abrir una puerta. La habitación era inmensa, iluminada. Era un cuarto de parto de lujo. Y sobre la cama, cubierta de sabanas blancas que llegaban al piso y rodeadas de delicadas cortinas, estaba ella: la Reina Alien. El cuarto se aisla y no queda otra que esconderse bajo la cama mientras que ella comenzaba su labor de parto. Me recordé infinitas veces muriendo de la misma manera, ya había estado acá. La cama se iba deteriorando con lo corrosivo de sus fluidos fluos multicolores. Que además eran tóxicos como inhalar pegamento y te hacia viajar lentamente a la muerte en un tanque de ácido. Que gracioso. Las sabanas estaban teñidas de pesadillas Jipis. Estoy horrorizado en gritos mudos. Algo pasa que hace que un guardia entre. Es Negro, como la oscuridad misma. Se que cuando comienza a buscar bajo la cama mi muerte va a ser otra. Una mucho menos placentera. El espacio bajo la cama era enorme, ya me había resignado a pasar mis últimos segundos ahí, en la eternidad de ese rectángulo. ¿Para que había entrado? Cierto, era matar o morir. De algo hay que morir.

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