domingo, 16 de agosto de 2015

Super Patriot 1995

En la fiebre de personajes extremos y violentos de los noventas conocí, en las paginas de una recopilación de Young Blood, a Super Patriot. Época dorada de Jim Lee, Rob Liefeld, y mi admirado  Jae Lee. Mamá me había regalado un hermoso librito donde Jae Lee ilustraba a un endemoniado Chapel ( Comic que deseaba como loco desde que vi el arte que contenía). Al mismo tiempo, desde el otro lado del mismo libro habían otras historias, con Die Hard y el mismísimo Super Patriot, dibujadas por el controversial Liefeld.

No soy fan de los arquetipos patrioticos yankis; probablemente todo lo contrario. Pero quizás por el mismo rechazo, así como uno siente un amor odio por ciertos villanos, este tipo de personaje fue haciéndose un lugar de interés. Esa cosa de un soldado mecanizado, descerebrado, violento y fanático como reflejo y critica a un tipo de persona real de un primer mundo militarizado.

Nuevamente estoy haciendo trampa; mas allá que el dibujo lo hice en esta fecha, veinte años antes, recién lo estoy compartiendo un 27 de noviembre del 2017. Estoy en Nueva Zelanda y la publicacion es una excusa para expresar, como siempre, lo que siento... también lo que pienso. Y creo que el nacionalismo, el orgullo excesivo de las lineas invisibles de donde vivís, roza un poco con el fanatismo similar al de los Xenófobos. Nunca había sido víctima de eso, aun viéndola en mi propio país; esa cabeza cerrada que solo entiende un idioma y minimiza todo lo que no entiende, y por lo tanto, no le interesa. Estaba esperando mucho mas del mundo, sobretodo de un primer mundo lleno de privilegios que, probablemente, sean los responsables de tal ceguera. Quiero poder sorprenderme antes de dejar el país, lejos de la violencia alcohólica y la intolerancia irracional que veo cuando rasco un poco la superficie de lo amable / polite.


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